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Heridas en la piel

Las heridas de los niños son, generalmente, el resultado de caídas que causan agresiones en la piel y en los tejidos adyacentes y subcutáneos. Su importancia o gravedad depende de cómo se hayan producido. Las heridas más frecuentes y también las menos graves son las erosiones, que son desprendimientos de las capas superficiales de la piel que dejan al descubierto vasos sanguíneos de pequeño calibre, y como consecuencia producen una hemorragia capilar.
Las heridas, sean por cortes, arañazos, picaduras, rasguños o rozaduras, forman parte de la vida de los niños. Estas lesiones, tan conocidas por padres de niños pequeños y no tan pequeños, suelen ocurrir por diversas razones y en cualquier lugar, en casa, en el colegio, en el parque, playa o campo, en la calle, así como en muchos otros espacios.


¿Que hacer en caso de presentar alguna de estas situaciones?
Para atender una herida, primero hay que diferenciar entre heridas limpias, que son aquellas en las que se observa claramente si hay o no cuerpos extraños o restos del material agresivo, y heridas sucias, donde colocaríamos el resto.

¿Qué son y cuáles son los tipos de heridas?

Son muchos los tipos de heridas a las que están expuestos los niños. Por su torpeza natural aún en algunas situaciones, los niños son más propensos a sufrirlas. ¿Qué son las heridas? Las heridas son lesiones que rompen la integridad de la piel.
Las heridas, así como los cortes, rasguños y rozaduras pueden ser producidas por golpes, caídas, por la rotura de cristales, el uso de latas, cuchillos, tijeras, y por accidentes ajenos a ellos, en el hogar o fuera de el.

Las heridas afectan la piel de los niños de forma superficial o profunda. Las heridas superficiales o leves, no requieren intervención médica. En la mayoría de los casos, solo piden limpieza, la aplicación de un antiséptico y protección.
Las heridas profundas o graves por lo general son las que implican músculos, nervios y órganos internos. Dependiendo de la gravedad de la herida, será necesario llevar el niño al médico. Este es el caso, por ejemplo, de una hemorragia persistente, un golpe muy fuerte o una fractura.

Las heridas y cortes pueden ser:

  1. Incisas o Cortantes. Cuando son causadas por cuchillos, trozos de cristales, latas, hojas de papel. Por lo general son poco profundas, con bordes limpios, y con hemorragias moderada o abundante.
  2. Contusas. Cuando son causadas por golpes (de piedras, palos…), caídas o choques. Presentan bordes con magulladuras e irregularidades.
  3. Punzantes. Cuando son causadas por objetos puntiagudos como las agujas, tijeras, clavos u otras herramientas puntiagudas. Suelen ser más profundas y estrechas, y tienen más propensión a infectarse, dependiendo del estado del instrumento causante.
  4. Por raspones. Cuando son causadas por objetos de bordes irregulares, fuertes rozamientos o fricciones. Pueden generar desgarros de la piel. Suele presentar hemorragias abundantes.
Hay otras consideraciones que se puede observar en las heridas. Aparte de lo que pueda causar las heridas en los niños, también se puede clasificarlas como:
  1. Heridas abiertas. Las que separan los tejidos blandos de la piel y que por lo tanto poseen mayor probabilidad de infección.
  2. Heridas cerradas. Las que no separan los tejidos de la piel. Generan hematoma, es decir, hemorragia debajo de la piel, o hemorragias en viseras o cavidades. Por lo general son producidas por golpes y requieren atención médica si llega a comprometer la función de algún órgano o la circulación sanguínea.
  3. Heridas simples. Son las que no comprometen a los órganos y afectan solo a la piel. Las más conocidas son los arañazos, rozaduras, raspones y cortes.
  4. Heridas complicadas. Son las más profundas y extensas, que presenten hemorragia abundante. Por lo general son las causadas por lesiones en músculos, nervios, tendones, órganos internos, vasos sanguíneos.


Tomado del sitio guiainfantil.com

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